Uno de los aspectos riesgosos del proceso de aprendizaje son los errores que pueden ocurrir en el camino, los cuales a pesar de no ser tan deseados, es importante verlos como una herramienta de aprendizaje valiosa. Sin embargo, es necesario no pasar por alto el hecho de que sigue siendo un riesgo que debemos prever.
Es fundamental tener presente que al confiar tareas a alguien en proceso de formación, se debe hacer en el momento adecuado. En ocasiones, el temor a ceder una responsabilidad a otra persona puede llevar a delegar en un momento inoportuno del proyecto, lo que implica un mayor riesgo para el aprendiz.
Asimismo, sería poco recomendable asignar una actividad de aprendizaje a alguien cuyos errores podrían costar millones de pesos. La clave está en transferir tareas cuando hay poco en juego y los errores son tolerables.
En las próximas semanas exploraremos cuándo una tarea implica un riesgo significativo y cuándo no. ¡No dejes de estar atento!