¿Alguna vez en su vida citaron a sus padres para platicar con el director de la escuela? En esas tensas reuniones, el director daba a nuestros padres un resumen detallado de nuestro desempeño académico, el cual podía ser bueno o no tan bueno, pero al final nos impulsaba a ajustar áreas específicas de nuestra vida.
A pesar de lo incomodo que es recibir retroalimentación, esta nos permite vernos a nosotros mismos de forma más objetiva de la que normalmente nos percibimos. Algunos estudios han demostrado que es común que no nos demos cuenta de cómo no comportamos en ciertas ocasiones o recordamos momentos de forma muy distinta de la realidad, lo cual puede llegar a nublar nuestra visión y colaboración en los círculos en los que participamos.
Para ser una persona más colaborativa en el trabajo, es importante que pidamos retroalimentación sobre nuestro desempeño, ya que nos servirá para conocer la percepción de los demás acerca de nuestra manera de actuar y cómo esta afecta a la dinámica de nuestro equipo y su productividad; además aumentará nuestra conciencia de nosotros mismos y nuestras acciones, lo cual mejorará nuestra participación en cualquier proyecto colaborativo.