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Foto del escritorAlda Luna

Tú animas, yo animo


Todos los seres humanos tenemos la necesidad de ser animados y la responsabilidad moral de animar. Una palabra de aliento en cualquier área de la vida es el impulso que requerimos para seguir con nuestros proyectos y actividades cuando estas ante nuestros ojos se tornan abrumadoras y la confianza empieza a desvanecerse.


Una forma efectiva de motivar a los demás es tener confianza en sus capacidades y alentarlos a enfrentar actividades desafiantes. Sin embargo, al hacerlo, es fundamental tener en cuenta el siguiente par de estrategias:


Ser intencional. Cuando observemos a un colega batallar al realizar una actividad y deseamos intervenir con el fin de solucionarla, preguntémonos: ¿lo que haré estará alineado a mis valores y fomentará el crecimiento de mi colega? Esta reflexión nos orientará hacia la decisión de brindarles la oportunidad de experimentar y crecer a través del desafío.

Afrontar la incomodidad. Cuando vemos a nuestros compañeros encarar un reto por el cual buscan nuestra mentoría, debemos permitirles vivir la incomodidad que conlleva el aprendizaje. A través de nuestra orientación y la confianza que depositamos en ellos, podrán superar esa incomodidad y, finalmente, triunfar en el desafío que enfrentan.


El crecimiento se logra al afrontar momentos incómodos y desafiantes. Sin embargo, al recibir y ofrecer motivación constante, mentoría y confianza, todos nosotros somos capaces de superar con éxito cada reto que se nos presente.

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